jueves, 8 de mayo de 2008

Creedence Clearwater Revival (1968)



Nombre Creedence Clearwater Revival
Intérprete Creedence Clearwater Revival
Fecha Prod. 1968
Estilo Rock (Rock & Roll)
Tipo CD
Sello Fantasy
Duración 33:55

Temas:

1 I Put a Spell on You. (J.Hawkins / Slotkin) 04:33
2 The Working Man. (J.C.Fogerty) 03:04
3 Suzie Q. (Hawkins / Lewis) 08:37
4 Ninety - Nine and a Half (Won't Do). (Cropper / Floyd / Pickett) 03:39
5 Get Down Woman. (J.C.Fogerty) 03:09
6 Porterville. (J.C.Fogerty) 02:24
7 Gloomy. (J.C.Fogerty) 03:51
8 Walk on the Water. (J.C.Fogerty) 04:40

Créditos:
Doug Clifford: Bass, Drums
Stu Cook: Bass, Drums
John Fogerty: Guitar, Composer, Vocals
Tom Fogerty: Guitar, Guitar (Rhythm), Vocals


John Fogerty, Tom Fogerty, Stu Cook y Doug Clifford comenzaron a tocar juntos en 1959. Su banda inicial en El Cerrito (California) se llamaba The Blue Velvets. En 1964 firmaron contrato con el sello Fantasy Records (donde John Fogerty trabajaba como cadete) y se cambiaron el nombre (a instancias de la compañía) por el de Golliwogs. En diciembre de 1967 se convirtieron en profesionales y comenzaron a llamarse Creedence Clearwater Revival. Siempre fueron una banda de rock and roll, y nunca se plegaron a las modas que imperaban en el creciente mundillo del rock y de la industria que se desarrollaba a su alrededor. En esos años, los hippies vivían su apogeo y se mostraban al mundo desde el Hyde Park de la ciudad de San Francisco. Allí era donde había que estar. Pero los cuatro miembros de Creedence no estaban en San Francisco, ni eran hippies. No eran psicodélicos, ni revolucionarios (pero sí rebeldes), ni rendían culto al LSD. Eran una banda de rock and roll, con influencias de la música country, provenientes de la poco conocida localidad de El Cerrito. Así, no renunciaron a las canciones de tres minutos cuando la moda era la experimentación. Su sonido crudo, de guitarra, bajo y batería, no sucumbió ante los teclados y los instrumentos orientales que las orquestas incluían. El álbum debut, en 1968, llevó el nombre del grupo y es considerado, aún hoy, uno de los más prometedores primeros discos de un grupo de rock. Luego llegaron Bayou country, Green river y Willy and the poor boys, los tres en 1969. La mezcla de rockabilly, rhythm and blues y ritmos creole sureños se consolidaba. Cada disco incluía cuatro o cinco canciones memorables y el grupo rápidamente se convirtió en la principal atracción de Estados Unidos. Cosmo's Factory fue el disco más vendido de 1970, pero la tirante relación entre los hermanos Fogerty traería peores tiempos. Tom Fogerty dejó la banda en febrero de 1971, después del disco Pendulum. Mardi Gras fue el último álbum del grupo, ya trío, que se disolvería en 1972.

Hugo Pratt - La Casa Dorada De Samarkanda


Mi querido antiheroe.

Hugo Pratt fue un lector apasionado y onnívoro que llego a tener cerca de 35.000 volúmenes en su biblioteca. Gran fabulador de su vida privada, que se tomaba como una continua juerga – Venecia, Etiopia, La Guerra, América del Sur - se sintió a gusto en todas partes.

Fuertemente influido por Milton Caniff (Terry y Los Piratas) y Will Eisner (The Spirit), la vida de Hugo Pratt estuvo salpicada de giros, romances, viajes, matrimonios (tuvo 12 hijos con otras tantas mujeres). Su vida fue tan colorista como la de sus personajes.

Hugo Pratt es el gran narrador de historias de aventuras. Su personaje, Corto Maltés, objeto de centenares de tesis doctorales, simboliza una actitud vital, teñida de matices político-libertarios.

En su primera obra en solitario Anna de la Jungla, se nota ya su fascinación por el continente africano, el misterio de las tribus, la fauna salvaje y los europeos desarraigados en un hábitat hostil. En esta obra aparece un personaje secundario, T. O´Hara, que es el capitán de un barco mercante, el “Vanidad Dorada”, que es antecesor directo de Corto Maltés.

Pratt pasó más de doce años en Argentina, donde, junto a Héctor Oesterheld, firmó la saga del Sargento Kirk (se inicio el 9 de Enero de 1953. Número 225 de Misterix.). Desertor del ejército americano, simpatizante de las tribus indias, al que dio su propio rostro. Personaje humanista y antirracista del que llegó a firmar más de 5.000 páginas.

Volvió al viejo continente después de romper con el guionista H. Oesterheld (Mort Cinder con el uruguayo A. Breccia) que acabó junto a su familia asesinado por los paramilitares fascistas argentinos. Con 40 años, en los sesenta, ya instalado en Génova (por poco tiempo) realiza su obra maestra La balada del Mar Salado.

Puntualmente Pratt fue publicando álbumes menos comerciales, de dibujo más despojado y guión menos explicado, entre estos destacan La Macumba del Gringo o Al este del Edén. El último trabajo del que tengo conocimiento fue El Gaucho, que dibujo Milo Manara, con quien ya había trabajado en la realización del álbum Verano Indio (ambos muy bien documentados).

Sus aventuras consisten en dar la vuelta al mundo con la imaginación, cruzándose con amigos reales, enemigos mortales y mujeres fatales (no queméis las naves de vuestra fantasía con impresionantes mulatas dispuestas a todo). Sus viajes rozan lo místico y sobrenatural. Los rumores en las calles de Buenos Aires, el sol de los mares del Caribe o la sombra entre la niebla de los canales de Venecia son buena excusa para reflexionar sobre lo humano y lo divino. Con él cruzamos los arrecifes, los atardeceres en los mares más bellos del planeta. Unas historias a caballo entre la fabula y la intriga policíaca. Con el descubrimos que en el mundo nadie es demasiado bueno ni demasiado malo, simplemente están los que mueren y los que sobreviven. En sus obras abundan los personajes marginales, locos con sueños fantásticos.

En los álbumes donde aparece Corto Maltés se siente la nostalgia de otra época, de la época de la aventura, donde lo importante no es la meta sino el camino, el viaje (ya nos avisó hace 28 siglos Homero).

Al gran aventurero Corto Maltés, Hugo Pratt lo hace nacer, un 10 de Julio de 1887, en la isla mediterránea de Malta, hijo de una gitana de Sevilla, “La Niña de Gibraltar”, y de un marinero británico oriundo de Cornualles, nieto de un viejo diablo de Tintagel (ciudad donde vivió el mago Merlin). Tras el nacimiento de Corto, se instalan en la judería cordobesa, donde una gitana amiga de la familia, leyéndole la mano le dice que le falta la línea de la fortuna. Pronto el niño remedio la carencia con la cuchilla de afeitar de su padre.. Ya viejo reconocerá no haber tenido demasiada suerte en la vida; aunque nunca se sabe…

Corto Maltés es un personaje melancólico-nostálgico, lleno de desconfianza hacia la razón y aversión a la lógica. Es una suma de personalidades, de personajes, con el que cada lector acaba identificándose. Corto es un héroe cotidiano, no es un moralista, no es un justiciero (“se necesita más valor, para vivir como un cobarde, que para morir como un héroe”). Su actitud es de esceptico irónico frente a las ideologías del poder. (Publicado por Juan S. en El Fanzine La Bomba, en Febrero de 1998).