miércoles, 4 de junio de 2008

Torpedo 1936 - Vol. I - II.

Torpedo 1936

En 1981 nació la serie Torpedo 1936, considerada el mejor cómic español de la década. Concebido como una historia negra de los años treinta (época de la gran depresión estadounidense). La vida de Torpedo comienza cuando Sánchez Abulí, creador literario y guionista de la serie, lo presenta al editor J. Toutain. El norteamericano Alex Toth fue el dibujante elegido, pero no tardo en renunciar al proyecto por la ausencia de moral, el exceso de violencia y sexo de los guiones de Abulí. Dicen que difícilmente entendía el humor y regodeo que existía en los guiones. Torpedo pasó una temporada arrinconado hasta que Jordi Bernet se hizo cargo de los dibujos. Gracias a la riqueza grafica de Bernet, Torpedo levantó por fin el vuelo en Greepy, luego en Tótem y así sucesivamente hasta colonizar los mercados internacionales. En 1986 obtuvo, en el salón de Comic de Angoulême, el premio Alfred a la mejor obra extrajera publicada en Francia.

Pero, ¿Quién es Torpedo?

Luca Torrelli, alias Torpedo, es un hombre de 32 años, de humilde origen italiano (de Italia traía el hambre y en América se encontró las ganas de comer) y escaso nivel cultural, no demasiado inteligente, aunque si lo bastante listo como para zafarse de sus numerosos problemas. Reside habitualmente en Nueva Cork, especializado en labores de matón a sueldo. Carece de Dios y Patria, al igual que desconoce los escrúpulos, la ley, el orden, la moral… No tiene amigos. Para Luca Torrelli, solo tiene sentido la muerte, el sexo y el dinero (aunque el personaje es autentico en su contexto), es un asesino metódico, con la maldad reflejado en su cara angulosa y en su mirada fría.

Pero, mas allá de la violencia descaradamente machista, más allá de la impunidad con que comete sus criminales hazañas, Torpedo es un provocador nato. A través de cada trazo, dialogo o viñeta, ayudado por la maestria de Bernet, Abulí encuentra el modo de escandalizar. Es capaz de provocar los sentimientos más viles sin perder la sonrisa: es solo el juego de la provocación. En Torpedo se produce un juego que distorsiona arquetipos. Es una relectura de novelas, historietas y películas. Es el fruto del cruce de montones de pulp con la distancia que proporciona una ciudad correctamente ordenada como Barcelona (arriba montaña, abajo el mar y en el centro cuadricula). Ciertamente las historias de Torpedo son violentas. Uno no deja de pasmarse con las infames andanzas de Luca Torrelli y su colega Rascal (delincuente algo estúpido que siente admiración por su “jefe”). Su maldad esta soterrada por su perseverancia en los juegos de palabras (como señala Bernet, “es el ingenio vertido en textos y dibujos a base de juegos idiomáticos”). En su alma parecen cohabitar Jack el Destripador y el Gallo Claudio.
Todo ello responde a un doble juego de trasgresión y control, que el dúo Bernet- Abulí domina a la perfección. En este sentido parecen encarnar la idea de Tácito que “tomaba las resoluciones bebiendo a fin de que no carecieran de energía, y reflexionaba sobre ellas pasada la embriaguez para que no carecieran de sentido”. Por mayores que sean las tropelías de Torpedo y por más caóticas que sean las situaciones narradas, el trazado argumental siempre está bien dispuesto, la composición de la página es sólida, la planificación impecable, el dibujo riguroso. La idea más arbitraria nunca cae en el azar.

Con No es oro todo lo que reluce (décimo álbum) se reemprendió la publicación de la colección Torpedo-1936 en una edición muy cuidada que fue el punto de partida para, junto con nuevos títulos, ir recuperando los anteriores. Después vinieron los números Tocata y fuga (nº 9) y El Partido (nº 11) donde la serie sigue fiel a sus planteamientos por lo que respecta a violencia y humor malvado, revisando ocasionalmente el pasado de Luca Torrelli. En el aspecto grafico me parecen excelentes, ya que el resultado es muy especial, muy desnudo, desprovisto de convencionalismos que podían detectarse en los primeros episodios de la serie. Incluso Bernet se permite ser mucho más caricaturesco en la concepción de algunos personajes. Esta voluntad de forzar el registro es evidente en la portada de El Partido, en la que vemos a los protagonistas con atuendo de béisbol, algo impensable en su concepción original.

Estos álbumes coincidieron en su dia con el lanzamiento de Torpedo-1936 en comic-book, tras haberse iniciado la publicación en este formato en EE.UU. Álbumes y comic-book pretenden ser complementarios (ya sabéis “la pela”). Unos recogen las historietas en color y otros muestran una panorámica cronológica de toda la serie en blanco y negro, es decir, tal como la concibieron originariamente Bernet y Abulí. (Juan S.)

Kaka De Luxe - Las Canciones Malditas

Formacion:
Olvido Gara "Alaska" Voz, Guitarra, Productor
Nacho Canut Bajo
Carlos Berlanga Voz, Autor Letras, Compositor
Manolo Campoamor Voz
Fernando Márquez "El Zurdo" Voz
Enrique Sierra Guitarra, Compositor, Productor
Pablo Martínez Batería.

En noviembre de 1977, un colectivo de jóvenes inadaptados, autodenominado La Livianidad del imperdible, que fluctuaba entre el comic futurista y la elaboración de fanzines, decidió convertirse en grupo musical, inspirado por el recién nacido punk londinense. Rebautizado como Kaka de Luxe, ninguno de sus miembros sabía apenas cantar ni tocar, pero derrochaban energía y provocación en unas letras que pasaban difícilmente la censura del momento.
Fichados por el sello Chapa responsable del lanzamiento del llamado rock del manzanares y producidos por el Mariscal Romero, publicaron un EP antológico, compuesto por cuatro canciones (Viva el metro, La pluma eléctrica, Rosario y Toca el Pito) que pasó desapercibido en su momento pero supuso el primer intento de un grupo nacional por salirse de los trasnochados patrones del rock setentista.
Considerados unos farsantes por sus coetáneos, lo cierto es que funcionaron como auténtico rompehielos del ambiente musical madrileño y se convirtieron, una vez disueltos, en una leyenda local; grupo seminal del que surgieron formaciones como Radio Futura, Alaska y Los Pegamoides o Paraíso. Muchas años mas tarde, la industria reconoció su desvergonzada labor de pioneros, editando un elepé que con el título Las canciones malditas (1983) recopilaba aquellas viejas maquetas de sonido horrendo y mensaje irritante (Pero que público mas tonto tengo) que nadie aprovechó en su momento.

La Tentación:

Le conocí en un guateque
era un chico alto y delgado
me miraba fijamente
parecía muy decente.

No lo pude resistir
me vendió la tentación
el demonio me invadió
y pequé, sí acepté.

Y mi castigo en el infierno tendré
y mi castigo en el infierno tendré
y mi castigo en el infierno tendré
y mi castigo en el infierno tendré.

Salimos de aquel lugar
sudorosos después de bailar
me llevó a su habitación
me propuso hacer el amor.

Entonces yo me escandalicé
pero así todo acepté.
Entonces yo me escandalicé
pero así todo acepté.

Encendió el tocadiscos
una música muy rara
solo daban alaridos
él se quitó la corbata.

Fue hacia otra habitación
regresó vestido raro
con el pelo muy planchado
tenía ojos de malvado.

Todo en cuero negro
un látigo sacó
entonces me dijo
que me iba a dar mi merecido
que todo esto me pasaba
por ser una puta, guarra!

Me dejó tan malherido
al otro día me confesé arrepentido
el cura me reprendió
pero deshizo mi confusión

Eso está mal no es natural
fornicar es un pecado mortal.
Eso está mal no es natural
fornicar es un pecado mortal.

He rezado Padres Nuestros
oraciones a María
en cadenas de un convento
así veréis que me arrepiento.

Señor no fue culpa mía
yo no soy una pervertida.
Señor no fue culpa mía
yo no soy una pervertida.


Ellos se explican...