Druuna. Pier Eleuteri Serpieri

Pier Eleuteri Serpieri.
Venecia (Italia), 29 de Febrero de 1.944.
Joven se traslada a Roma para cursar estudios de Bellas Artes. Sin tener malas criticas como pintor decide dedicar su vida a dibujar cómic y dar clases en la Universidad.
Se inicia dibujando historietas del Oeste por diferentes revistas sobre todo italianas y francesas. En 1975 una pequeña historieta, In His Likeness, le sirvió de preludio para crear su heroína: Druuna.

Esta nació en el año 1985, en las citadas revistas francesas (Charlie, Pilote), saltando poco después al formato álbum en la Editorial Bagheera.
Druuna, es casi su único personaje pero, ha sido suficiente para ser considerado como un maestro del cómic erótico. Hasta ahora han aparecido ocho álbumes: Morbus Gravis (1985), Druuna (1987), Creatura (1990), Carnivora (1992), Mandrágora (1995), Afrodisia (1997), El Planeta Olvidado (2000) y Clon (2003).
Solo las dos primeras y las dos ultimas tienen sentido narrativo, siendo las demás demasiado ambigüas; todas mantienen un final indefinido para poder seguir ordeñando la serie. Han aparecido, también, otros álbumes sobre la heroína: Bocetos, Druuna X, Obsesión: En busca de Druuna, que no han aportado demasiado a la historia (supongo que si a sus bolsillos).
Druuna es un personaje desarraigado en un mundo apocalíptico, que se sirve de su voluptuoso cuerpo para sobrevivir (similitud en clave erótico-positiva de las historias del Oeste). El personaje va pululando, sin demasiada coherencia, por mundos hostiles. Los escenarios se van sucediendo como en un sueño; los personajes (incluido Serpieri) van apareciendo y desapareciendo, más para que la historia se eternice, que por necesidad narrativa. En todos los álbumes se van sucediendo los tópicos del genero: violencia, sexo (en cada volumen más explicito), sueños, etc.Los argumentos se van retorciendo en cada álbum (sueños dentro de sueños ¿?), para decirnos que la historia se tenia que haber acabado muchos años atrás, y haberse quedado en las primeras entregas debido a la incapacidad argumental del autor; no así el dibujo que se va haciendo más depurado, elaborado y técnico a lo largo de la saga, alcanzando cotas de una gran expresividad.
La historia tenia su dibujante, pero no a su guionista. (J.S)